Malas películas, buenas conversaciones

conversa
por Mariana y punto

Una vez con dos amigos fuimos a ver una película que resultó ser tan mala que nos hizo el día. Nos reímos durante horas de sus escenas más absurdas, de decisiones que no entendíamos, de diálogos que nos daban vergüenza, y de detalles que la hacían tan mala, que al final era buena.

Lo pasamos tan bien ese día pelando a esa película, que nos dimos cuenta de que las películas malas son un tema de conversación mucho mejor -y más sencillo- que una buena película.

Según lo que concluimos ese día, determinamos que sobre una buena película es poco lo que se pueda decir que esté a la altura de la película misma y de la experiencia de haberla disfrutado. En cambio de una muy mala película te puedes reír, banalizar aún más las escenas, y el acto de comentarla tendrá más sentido que el de sólo haber visto la película.

Quizás no necesariamente será la mejor conversación de todos los tiempos, pero con gracia y buen humor, una mala película se puede transformar, al menos, en una gran y divertida velada.