por Rita
Sé que voy a sonar como una perna pero no se imaginan lo mal que me hacen los feriados. Este martes post feriado de tres días fue terrible para mí. No lo niego, el finde realmente descansé, pero el martes-tipo-lunes se convirtió en una resaca de 12 horas.
No es que sea masoquista y que odie descansar, pero reconozco que me cuesta un montón volver a empezar en todo orden de cosas. ¡Me encanta la rutina! Soy feliz levantándome temprano de lunes a viernes, saludando a la misma señora de la recepción todos los días, comprándome el mismo sándwich en el mismo negocio a media mañana.
Odio cuando me cambian a la ejecutiva de cuenta y cuando se va la alumna en práctica. En el fondo, el día de la marmota no me parece tan mala idea.
¿Miedo al cambio? ¿Fomedad? ¿Necesidad de control? Lo asumo: amo la rutina y nunca seré una aventurera.
TOC
Me pasa completamente lo opuesto. Me desespera la misma hora de la alarma, caminar por la misma calle, estar en una zona completamente cómoda. En lo personal, mis mejores días son esos encuentros con lo inesperado, aquello que irrumpe el confort.
Asperger!
Me gusta la rutina, pero me gusta salir de ella también. De cierta forma, la rutina permite disfrutar mejor los días no-rutinarios…
Para mi es como comer pan, yo como casi nunca pan, pero cuando lo como, trato de que sea con el mejor disfrute posible