Aprender a no juzgar a las mujeres por su apariencia

por @patyleiva

Hay muchas maneras de luchar en contra de la discriminación de las mujeres, pero hoy vamos a hablar de una muy simple que puedes poner en práctica de inmediato y que te aseguramos será un aporte instantáneo y a largo plazo: no juzgar a una mujer por su físico.

Suena simple, pero la verdad es que hay un cambio en la manera de pensar de las personas una vez que se dan cuenta de que un comentario a la ligera como “es muy fea para la tele”, “es muy gorda para vestirse así” o “se cree bonita acaso?” es un acto violento e innecesario que va en desmedro del respeto, en primer lugar por el ser humano, y específicamente por el género femenino. No estoy diciendo que las mujeres no puedan preocuparse de su aspecto físico o dedicarse a esa área, por supuesto que todas deben tener la libertada de hacerlo o no, simplemente me refiero a que no es lo único ni lo más relevante de una persona.

Nos referimos especialmente a las mujeres porque son claramente más juzgadas que los hombres por su físico (es cosa de ver los referentes cinematográficos de la cultura occidental), y justamente ahora porque estamos viendo los Juegos Olímpicos y pasan cosas como las que se mencionan en este interesante video de attn:

– Los comentaristas deportivos se refieren el doble de veces más a la apariencia física de las mujeres que a la de los hombres.
– Se les dice cómo deben comportarse (normalmente sonríes cuando ganas, te ríes, ¿qué pasó esta noche?, le preguntan en una conferencia de prensa a Serena Williams).
– Gabby Douglas ganó dos medallas de oro en los juegos olímpicos de 2012, pero la gente se quejaba de su pelo. (“Gabby Douglas es linda y todo… pero ese pelo… en cámara”. Un alcalde inglés se refirió a las voleibolistas como “mujeres semi desnudas brillando como nutrias mojadas”.
– Suelen ser descritas como “emocionales” mientras que a los hombre se les describe como “fuertes y valerosos”.
– Según la campaña #askhermore de The Representation Project, sólo el 21% de las reporteras de Estados Unidos son mujeres, siendo que este año la participación femenina es la más alta de la historia, siendo un 45% de la totalidad de los atletas olímpicos.

Lo que #askhermore busca en redes sociales, es inspirar a las personas para evitar el periodismo sexista y sugiere maneras de re-enfocarse en los logros femeninos.

De hecho invitan a comentar en un horario compartiendo las cuentas de las deportistas y los periodistas, ocupando un lenguaje centrado en las habilidades de las deportistas y no en su estado civil, comportamiento emocional o su aspecto físico con el fin de cambiar el tono narrativo que ha perdurado desde siempre y que ahora debemos cambiar.

Y, por si queda duda de por qué no debemos juzgar a las mujeres por su físico, mencionaremos dos de las razones que para nosotras son las principales partiendo de la base de que el respeto es la base de la convivencia, y su ausencia el mayor responsable de los peores actos de violencia y destrucción de la humanidad:

– Porque cuando a la mujer se le considera únicamente por lo físico y no lo intelectual ni lo espiritual, se le aproxima al mismo valor que a una cosa, a un objeto inanimado, lo opuesto a un ser viviente (mujer objeto), y cuando las personas son vistas como una cosa carente de identidad, historia, valores o cualidades, duele menos maltratarla, lo que deriva en actos que van desde dañar la autoestima hasta la violencia física. No es divertido, no es trivial, no es una exageración.

– Porque al reparar antes que ninguna cosa en lo bonita o fea que te parece una mujer, estarás dejando en segundo plano el resto de sus cualidades. Entonces pareciera que el primer requisito es cumplir con los estándares físicos, lo que puede fomentar que la mujer ocupe más tiempo en eso que en su profesión, carrera o área de interés, además de hacerlas sentir que necesitan la aprobación del resto.

Así que tu acto feminista del día –feminista porque está en pro de la igualdad de género, en la defensa de la mujer, en defensa de ti, tu madre, tus hermanas, amigas, hijas o sobrinas– puede ser tan simple como heroico: “Hoy no juzgaré a las mujeres por su apariencia física”, y verás que se convertirá en un acto natural que fomentará, desde el lenguaje, el respeto a la mujer.