POR @PATYLEIVA
Netflix estrenó Chicas Buenas, una serie de NBC protagonizada por la maravillosa Christina Hendricks (Joan, en Mad Men), Mae Whitman (Amber en Parenthood) y Retta (Donna en Parks and Recreation).
Las tres son madres, y por distintas razones, ninguna de ellas está en un muy buen momento de su vida, lo que las lleva a cometer actos que nunca hubieran hecho si no tuvieran esta desesperación.
La crítica la ha tratado de liviana, de banalizar cosas muy terribles, cosa que hace que la historia sea menos creíble. No tiene la crudeza de Orange Is The New Black ni la genialidad de Breaking Bad, quizás sea un extraño punto intermedio entre esas series, Gilmore Girls y Desperate Housewives… Y no funciona.
No sé si tenga paciencia para ver los 10 episodios de la temporada porque hasta ahora, la verdad es que a veces llega a dar rabia de lo absurdo que es el relajo con el que toman las cosas, podría una quedarse con la satisfacción de ver a las heroínas cobrando venganzas o realizando acciones temerarias, pero cuando después las comentan con la misma liviandad con que hablarían de una ida al supermercado, pierden emoción, e impiden el desarrollo en la sicología de sus personajes.
Si quieren inténtelo, el elenco es tentador (exceptuando al marido de Joan –perdón, Beth–, Matthew Lillard, que para mi siempre será Shaggy o el tipo de Scary Movie), pero les aseguro que no será la serie de sus vidas.
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