Chile en dibujos

Chile en dibujos: Una guía ilustrada para recorrer el país

De Los Ríos rescata y dibuja cosas que nos fascinan: el canelo, árbol sagrado de los mapuches, y esa bailarina rosada que crece junto a los helechos en la selva húmeda sureña, el chilco, que en mapudungun significa aguachento, y yo prefiero llamar fucsia.

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por Ximena Torres Cautivo
Haciendo una similitud musical, “Chile en dibujos”, de la ilustradora Francisca Villalón Oliger, es como “La cueca de los lagos de Chile” o “La Jardinera” de Violeta. Una aproximación entusiasta y amable a los encantos de nuestra tierra, que acentúa sin chovinismo el natural sentimiento patriótico que nos sobreviene por estos días. Un libro ilustrado, que se presenta como “una suerte de guía para conocer nuestro país”.

La joven diseñadora gráfica e ilustradora, con estudios de gestión cultural, que trabaja en el ministerio del Medio Ambiente es una viajera apasionada, que comparte con datos y dibujos su recorrido por Chile. Ella lo explica así: “Siempre me ha gustado recorrer y viajar por Chile, ya que cada nueva aventura me ayuda a entender un poco más cómo se sintieron los naturalistas el encontrar una nueva especie en nuestro territorio… Avistar, por ejemplo, una pareja de huemules o caminar de noche por un bosque tras la ranita de Darwin han sido experiencias inolvidables en mi vida. Por eso quiero compartir en este libro una pequeña muestra de nuestro patrimonio cultural a través de ilustraciones y relatos”.

En 15 capítulos, uno por cada región del país, Francisca dibuja su Chile personal, con datos ancestrales, mirados con ojo muy actual. De la Primera, la de Arica y Parinacota, aprendemos gracias a Francisca que la llareta es pariente de la zanahoria. Quien no sepa qué es la llareta, debería urgentemente encaminarse hacia el altiplano y descubrir de qué se trata ese vegetal. De Tarapacá, rescata la quínoa, tan alimenticiamente hipster por estos días, y sugiere preparaciones.

En Antofagasta dibuja delicadamente la rica-rica, arbusto aromático, de pequeñas flores rosadas, que le da un toque al pisco sour. Rico-rico, queda. En Atacama, un tema de moda: el desierto florido y sus especies, ese que unos desubicados hace unos días usaron de pista de aterrizaje. Francisca ilustra las delicadas flores, desde las añuñucas hasta las alstromerias. Una belleza. De la región de Coquimbo, rescata entre otras especies, el chagual y recomienda visitar la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.

Lindísimas son las dos ilustraciones que van a doble página y que corresponden a la Región de Valparaíso, aunque no están en tierra firme: el Parque Marino Motu Motiro Hiva y otra que representa la cultura Rapa Nui, ambos dibujos dan cuenta de las maravillas de la Isla de Pascua.

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Y llegamos a la Región Metropolitana, donde Francisca se centra el especies árboreas y pequeña fauna. De la urbe, rescata el Parque Metropolitano y los sándwiches con personalidad, entre otras cosas. De Rancagua, región del Libertador Bernardo O´Higgins, el mote con huesillos y el pastel de choclo, entre maravillosas artesanías, como los objetos de crin de caballo o rari. A la región del Maule, le atribuye el pebre y la empanada, las loceras de Quinchamalí. En Ñuble y Bío-Bío, donde queda la indómita provincia de Arauco, nos encontramos con la simbología del cosmos mapuche, pero también con el choripán y el completo.

De Los Ríos rescata y dibuja cosas que nos fascinan: el canelo, árbol sagrado de los mapuches, y esa bailarina rosada que crece junto a los helechos en la selva húmeda sureña, el chilco, que en mapudungun significa aguachento, y yo prefiero llamar fucsia. Y de Los Lagos, los digüeñes, las nalcas y los chupones. Chupar, probar, conocer esos sabores debería ser materia obligatoria en la clase de botánica si es que tal cosa existe en lo que antaño se llamaba ciencias naturales. Y preparar el curanto en hoyo -no es mala opción, el pulmay o curanto en olla-, otro deber cívico-culinario.

En Aysén, Francisca conoció al pudú, al guanaco y al huemul. A los tres los dibujó, y en el prólogo mencionó al mamífero emblema de nuestro escudo, con el que tuvo la fortuna de un encuentro. Yo también viví esa experiencia casi religiosa hace años. Los huemules están en peligro de extinción, por lo que topárselos es una auténtica bendición.

¿Quieres saber qué dibujó y recomendó Francisca de la región de Magallanes? Mira, lee y disfruta este libro-guía-ilustrado, una gran regalo para este mes de septiembre.

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