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Cuando tu vida es igual a la que lees en los libros

Mis lecturas de verano han estado marcadas por mujeres. Hace un año decidí comenzar un taller de lectura y al momento de elegir la lista de libros, me di cuenta de que mi biblioteca estaba llena de hombres. Desde ese momento me propuse descubrir y leer escritoras.

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Por C.
Mis lecturas de verano han estado marcadas por mujeres. Hace un año decidí comenzar un taller de lectura y al momento de elegir la lista de libros, me di cuenta de que mi biblioteca estaba llena de hombres. Desde ese momento me propuse descubrir y leer escritoras. Ha sido interesante con lo que me he encontrado: el 90% de los libros leídos aborda el tema de la violencia de género (en el caso de las escritoras afrodescendientes es el 100), tal vez la mitad es autobiografía mezclada con ficción. Dicen que hay que escribir sobre lo que uno conoce y creo que estas autoras tienen mucho de eso.

En mis vacaciones, y preparando el taller de escritoras chilenas, leí Especimen de Eleonora Aldea Pardo y Quiltras de Arelis Uribe. Sentí con la lectura que podía ser ellas. Me vi amando profundamente a una mujer también llamada Daniela a los 18 años. Me vi luchando contra mi imagen, contra los kilos, aprendiéndome a amar, creciendo, bailando en el living. Tengo seis años de diferencia con Aldea Pardo pero sentí que tuvimos la misma infancia, que vivimos las mismas cosas en distintas ciudades y en distintos momentos. Creo que nunca me había encontrado con una escritura tan honesta y genuina que te llega a emocionar, al punto de que al leérselo a mi pareja se me quebraba la voz. Y fue porque me vi a mí, a mi madre, a mi pareja, a mis amigas en ese libro.

Con Quiltras sentí algo parecido, no tanto la emoción, si no más bien ese reconocimiento, sobre todo en el cuento [email protected]. A veces olvidamos cómo era la vida antes del WhatsApp. Olvidamos que alguna vez entramos a latinchat o el chat de salo. Olvidamos lo expuestas que estábamos en ese lugar, siendo presas fáciles para los depredadores. Olvidamos lo rápido que confiábamos en una persona que se encontraba al otro lado de la pantalla.

Una vez conocí una chica en un blog. No sé cómo llegué ahí, pero la leí silenciosamente durante varios meses, hasta que un día le escribí un comentario diciéndole que gracias a sus publicaciones había decidido seguir su recomendación y comprarme un libro de Paulo Coelho (tenía 13 años). Ella me agregó a msn y tuvimos una relación de amistad que duró dos años, donde hablábamos prácticamente todos los días. Nunca nos vimos porque ella vivía en Maipú y yo en Las Condes. Casi concretamos una cita en el Eurocentro pero finalmente me asusté. Ella se hizo un tatuaje de 5 mariposas y me dijo que una de ellas era yo. Ese nivel de amistad, de complicidad, de contarse todo. Arelis me hizo volver a todos esos recuerdos. Al final todas somos quiltras.