por @patyleiva, foto: JoJo Whilden para Netflix
Viajamos a Sao Paulo a entrevistar al talento de las series originales de Netflix y tuvimos la suerte de conocer a Uzo Aduba, la adorable Suzanne, mejor conocida como “Crazy Eyes” de Litchfield en Orange Is The New Black, la serie que desde el 2013 se desarrolla en una cárcel de mujeres donde no existe nadie como ella.
Al entrar al set preparado para las entrevistas, Uzo me saluda y se disculpa por estar muy concentrada escribiendo en su celular. “Perdona, es que se me acaba de ocurrir una idea, y no quiero olvidarla, antes de que se me borre, se me ocurrió una idea para una historia, disculpa, mi cerebro… necesitaba escribirlo de inmediato”.
¿Estás consciente del cariño que siente el público por tu personaje?
Yo no entré al show con ninguna otra expectativa más que la de contar una buena historia y cumplir con los episodios que me habían dicho que me tocaba hacer, que eran dos ó posiblemente tres. Entonces lo único que yo quería era hacer bien estas dos historias, esa era mi única expectativa, entonces, todo esto ha sido sorprendente, tal vez no debería usar esa palabra, pero así es como ha sido.
¿Lo viste venir?
No lo vi venir, definitivamente. Fue muy sorprendente, y humildemente me siento muy agradecida.
¿Notas cambios con respecto a la igualdad de género en la industria televisiva? Claramente OITNB es una parte muy importante de esto, pero ¿ves en el resto del ambiente algún progreso?
Creo que estamos empezando a abrir el camino en la conversación. Con más voces viene más acción. Es emocionante ver cómo gente, especialmente mujeres, están interesadas en atreverse a hablar y a usar su voz, y creo que eso responde al interés que hay en responder a las demandas, que es ver un cambio social en lo que se refiere a esa área, y creo que eso es emocionante. Sí, creo que estamos al frente de esa lucha y recién estamos empezando a generar un gran avance en como responder y manejarlo.
¿Cómo supiste que querías ser actriz?
Buena pregunta. Yo entré a estudiar ópera, y cuando estaba en la universidad teníamos clases como historia de la música, aprendíamos todas estas distintas óperas como Tosca, Madama Butterfly, Las bodas de Figaro, todo eso, y en las mañanas teníamos clases de actuación, podías tomar una clase sobre Shakespeare, movimiento, actuación, y recuerdo que tuvimos una clase de movimiento en la que teníamos que rodar en el suelo tan distinto a lo que hacíamos en las tardes, donde teníamos toda esta precisión operática, y recuerdo haber estado sentada en clase y pensar “creo que me gusta más la parte de rodar en el suelo! (risas) Creo que eso es lo que quiero hacer”. Y después me dije: “me voy a ir a Nueva York y voy a ser una actriz”. Así es mi historia.
¿A qué jugabas cuando niña?
Uy, ¡tenía una imaginación salvaje! ¡Todavía la tengo! (risas). Inventaba juegos, ¡qué no inventaba! Tomaba una tiza, y en vez de sólo dibujar una casita o un globo frente a mi casa, ¡me tomaba todas las cuadras de mi barrio y construía pueblos enteros durante horas! Tu sabes, jugaba con mis amigos que querían empezar a pintar conmigo y dibujaban un par de casas, pero después de una hora ya estaban listos, ¡y yo seguía! Y me decían, ¿no quieres venir a saltar la cuerda o hacer otra cosa? y yo, ¡no! ¡Podemos construir la ciudad entera! ¡Y después construir un país! ¡Y después…! (risas).
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