D-Projekt: dos actrices y el destino

Leicy y Vale
por Daniela Acosta*

Por el pasado y por el futuro nos hemos preguntado mil y más veces: “de dónde vengo?”, “hacia dónde voy?”. Pero el presente es una estación en la cual rara vez nos detenemos. Aunque aquí estamos, el cómo y el por qué hemos llegado hasta este lugar y momento, parece no preocuparnos mucho. Justamente eso es lo que las actrices chilenas Leicy Valenzuela y Valeria Germain, residentes hace tres años en Berlín, se han estado preguntando últimamente. Dos mujeres que decidieron dejar Chile para partir en distintos momentos a caminar mas allá de lo conocido, se preguntan hoy: “Cómo y por qué hemos llegado hasta aquí?”.

Experiencia adquirida de vivencias comunes e individuales, largas conversaciones sobre los misteriosos caminos de la vida, y sin duda, el intento de explicarse sus existencias en este momento y lugar del planeta, son las que han inspirado a Leicy y Valeria para dar crear la performance “D-Projekt” (Destiny Proyect).

Alternando con trabajo, familia (ambas están casadas con alemán) y el estudio del idioma alemán, “D-Projekt” ha visto la luz al alero del grupo de performances “Pink Valley”, fundado también por las chilenas y que ya ha producido diversas intervenciones.

“D-Projekt” es, más que una performance, un ejercicio teatral reflexivo, que nos enfrenta a esa cuestión estudiada por todas las ciencias, pero que jamás se ha logrado conceptualizar del todo: El Destino. D-Project pretende enfrentarnos al Destino presentándolo hipotéticamente como punto de llegada, como el espacio presente en el cual se encuentran y toman forma de realidad, las decisiones tomadas ayer, antes de ayer y mucho antes.

Durante 45 minutos Leicy y Valeria, las que no interpretan un rol muy distinto a lo que ellas mismas son, nos invitan desde la honestidad, a recorrer un camino fundado en textos originales, recreación de teorías científicas sobre el tema y juegos, donde el humor es uno más sobre el escenario. El espacio para la improvisación y la particip”acción” entre las artistas y el público, hace que “D-Projekt” sea un momento que cruza los límites del formato escénico convencional.

El tema central se abre paso en un devenir flexible, al punto de abrir una discreta, pero no por eso menos reveladora, ventana a las historias íntimas de las actrices. La vida real entra en escena, con el fin de contarnos lo que ha significado para ellas mismas llegar hasta aquí.

Momentos de intimidad como el anterior y el feedback final al que se invita a los espectadores a compartir, confirman la intención las actrices, de hacernos participes de sus razones creativas e involucrarnos en el proceso que, por supuesto, para ninguno de los presentes termina después de cada función.

Después de dos presentaciones en Berlin, “D-Projekt” se prepara para ir en búsqueda del origen. La pregunta “¿de dónde venimos?” se presenta de todas maneras, pide su respuesta y respectiva puesta en escena. Qué mejor lugar, entonces, para reflexionar sobre aquello, que el país de origen. La mirada puesta en Chile, con el fin de revisitar cómo se pudo haber forjado este destino, y por qué no, responder a lo que sería el cierre de una trilogía con “¿hacia dónde vamos?”.

Como por ahora eso no lo sabemos, les dejo con algo de lo que ha sido D-Projekt. Y junten ganas de verla, quien sabe, en un futuro próximo en Chile. El destino dirá.

Pink Valley | D-Projekt from 77 Stolen Fish on Vimeo.

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