El regreso de Jani Dueñas

por Leyla Hales S., foto: Francisca Germain

Como algunos de ustedes saben, la actriz, comediante y conductora del programa “Es lo que hay” de radio ADN, Jani Dueñas, después de dos años retomará su carrera en el stand up teloneando nada más y nada menos que a Malena Pichot, más conocida como la Loca de mierda. Se podría decir que chocarán dos locas en el escenario, con un humor muy parecido y un estilo irreverente.

A continuación compartiremos nuestra conversación con Jani antes del gran evento, y revisamos parte de su carrera, siempre ligada al humor y los medios.

Desde chica fue pintamonos. Le gustaba llamar la atención y con razón: era la más chica de 5 hermanos. Acostumbrada a juntarse con más hombres que mujeres, su humor lo define como negro, oscuro y hasta violento. Su personalidad llevada al extremo. Jani no es de las minas correctas, formales y por qué no decirlo: aburridas. Su estilo es otro. Dice lo que piensa y le da lo mismo lo que diga el resto. Puede caer pesada, pero no lo es.

Habla rápido, aunque más lento y despacio que en la radio. Siempre soñó con tener una banda de rock, toca el bajo y tiene una gata obesa que se llama Nina, a la que odia y ama. “Es una relación rara”, explica, bien seria. El día de la entrevista tiene unos audífonos extra large puestos, un aro en la nariz, un café y una cajetilla de cigarros sobre la mesa. Es buena para decir garabatos y es difícil no reírse al conversar con ella.

Después de egresar de teatro de la escuela de Gustavo Meza, la llamaron para integrarse al programa infantil 31 minutos para hacer el personaje de títere “Patana”. Fue ahí cuando descubrió su veta humorística y se dio cuenta que lo que ella encontraba gracioso era bien recibido por sus compañeros de trabajo: Alvaro Díaz, Pedro Peirano, Rodrigo Salinas, entre otros. Era la única mujer. Aprendió muchísimo y tuvo la oportunidad de trabajar con gente muy creativa. De pasada descubrió algo que le encantaba: hacer reír a la gente.

“Algo me hizo click y dije sabís parece que soy más chistosa de lo que pensaba y además tengo algo que me diferencia de las demás mujeres, así que tengo que aprovecharlo”, cuenta. “Después todo fue accidental. No es como que yo ahí decidí que iba a hacer comedia, sólo tuve la noción que tenía una relación con el humor, pero no sabía bien lo que era. Algo de mi personalidad que yo había fondeado afloró y caché que tenía que sacarlo a la luz”, dice.

En el 2005 Pablo Erazo de Via X la llamó para formar parte de el proyecto humorístico SCA, (Sociedad de Comediantes Anónimos), el primer programa de stand up en Chile. “Fue una locura porque nunca nadie había hecho eso en la televisión y tampoco habían tantos referentes gringos como los que ahora se conocen. Yo ya veía sitcoms, pero tampoco sabía lo que sé ahora del stand up, era como bueno Jerry Seinfeld y qué más”.

Nadie sabía si iba a resultar porque había mucho temor de que la gente no entendiera nada y cambiara de canal. Durante ese tiempo Jani aún no escribía sus propios monólogos, pero sí colaboraba y daba los temas y las ideas de los chistes.

De ahí se lanzó sola a escribir y le gustó. “Esto es la raja, me encanta hacerlo y funciona. Así nació este personaje que es como mi personalidad llevada al extremo y que tiene que ver con la mina que es amiga de los hombres, que no tiene miedo de hablar de sexo, que es buena para el copete, para el carrete y le da un poco lo mismo todo”, cuenta Jani, mientras prende un cigarro.

¿Qué fue lo que te gustó de hacer stand up?
“La sensación de generar risa en los demás. Esa reacción es lo más adrenalínico y adictivo que hay. Y por eso es que sigo haciéndolo. También tiene que ver con el poder, que me imagino que también le debe pasar a los Dj’s que tienen la capacidad de mover a la gente con lo que haces. Creo que es la misma razón por la que soy actriz, que tiene que ver con ser aceptada y querida. Tiene mucho que ver con el amor finalmente este trabajo, aunque suene raro”.

Estuvo un año en la SCA y después estuvo en el Cachafaz primero con “Guerra de los Sexos” y después junto a José Miguel Villouta y Fabrizio Copano presentándose en el mismo escenario 3 veces a la semana. Les fue muy bien, pero Jani quedó agotada con la exposición, además quería retomar su vida, y probar otro material.

Después vino su trabajo en la ADN y su vuelta se fue postergando por una u otra cosa. José Miguel Villouta fue clave en la formación de Jani como standupera además le dio la confianza para reconocer que era buena y podía dedicarse a eso.“Yo lo respeto mucho, porque él me ayudó y me impulsó a hacer esto”.

Hoy Jani lleva dos años sin hacer stand up. Y el show con Malena Pichot será sólo el trampolín para su regreso a las tablas, porque el 4 de noviembre parte con el espectáculo “Niño gordo”, junto a Felipe Nuñez y Paloma Salas en el Cachafaz, todos los jueves hasta fin de año. Nerviosa y todo, tiene muchas ganas de volver y que mejor que hacerlo en grande.

¿Estás muy nerviosa por tu vuelta a los escenarios?
“Sí, ahora con este show llevo un mes sufriendo. Pienso que le pego a esto, que me gusta y debería salir todo bien. Y la otra sensación es ¿por qué mierda me metí en esto? Pero al final me doy cuenta que es lo que me gusta hacer, es lo que amo y no me queda otra”.

¿Cómo son esos minutos antes de subirte al escenario?
“Es muy terrible porque uno piensa esto no va a resultar, va a ser pésimo, nadie se va a reír, nadie va a entender lo que digo, voy a apestar. Pero después cuando uno se sube al escenario a los 30 segundos es una sensación como si fueras Dios. Y esa primera carcajada es como inyectarse heroína para los heroinómanos. Pero te bajas del escenario y empieza el cuestionamiento, lo hice bien, lo hice mal, ese hueón no se rió, alguien me hizo ¡buh!, ese chiste no funcionó”.

¿Cómo te estás preparando para el show?
“Tengo el monólogo armado entero que tiene que durar como 25 minutos y estoy en el proceso de limpieza que significa borrar palabras que sobran, va quedando el contexto, el remate y las transiciones, que es cambiar de una idea a otra. Y ahora que queda tan poco para el show empiezo a probar cosas con gente, como casualmente en carretes en comidas con mis papás, voy tirando chistes para ver si resulta, pero sin que ellos sepan. Y la próxima etapa es memorizar y repetir y repetir el monólogo en mi casa. Actuarlo, grabarme y escucharme, para ver cómo funciona y cachar los ritmos.

¿Te gustaría dedicarte cien por ciento a hacer stand up?
Me gustaría dedicarme full a la comedia, que creo es lo que estoy haciendo. Creo que el stand up es un formato. Porque en Chile es imposible vivir de esto y tampoco creo que a futuro se pueda. No tenemos ni los escenarios ni la cultura para hacerlo.

Jani tiene miles de planes: quiere seguir con el stand up, seguir en la radio, tener un programa como The Soup del E! Entertainment y a largo plazo tener un late show, pero dice que aún no está preparada. Para Jani hacer comedia no es chiste, por eso se lo toma tan en serio, es disciplinada y está siempre buscando cosas nuevas.

Por ahora se prepara para el show del 21 y se va a la radio con sus audífonos extra large colgando del cuello. El café vacío y la cajetilla sin cigarros quedan sobre la mesa.