por lucy
Esta semana me he pillado en instagram varias imágenes del remake de Dirty Dancing. Mi reacción inicial fue preguntarme ¿en serio creen que pueden estar a la altura de la original? (¿O de la escena con Ryan Gosling y Emma Stone?).
Pero después me puse a pensar en los remakes que he visto y que amo, como Sabrina con Harrison Ford y Julia Ormond, y en otros que son más reconocidos que las versiones originales, como Scarface con Al Pacino y la Ocean’s Eleven con Brad Pitt y George Clooney…
El remake de Dirty Dancing está hecho para la tele, y será una película de 3 horas, protagonizada por Abigail Breslin (Little Miss Sunshine) y Colt Pratte, además de Sarah Hyland (Modern Family) como la hermana de Baby y Debra Messing (Will & Grace) con Bruce Greenwood como sus papás.
La nueva Dirty Dancing se estrenará en el canal ABC gringo el 24 de mayo, y promete llevar esta historia más allá de lo que vimos en la película de 1987 con Jennifer Grey y Patrick Swayze.
Seguro que los remakes seguirán existiendo por siempre, pero ¿son necesarios? ¿Es sólo la vejez de haber visto el original antes la que produce la reticencia ante los remakes? O es que hay tantas historias que pueden ser contadas que ¿para qué invertir tanto en volver a contar las mismas?
