Martina Petric

El sofisticado soul/pop de Martina Petric

Martina Petric sacó el primer single de su primer disco, VELVET, un álbum en donde se mezcla el pop, el soul y el gusto por la elegancia y lo minimalista en el sonido. Conversamos con ella sobre sus procesos y formación musical.

Martina Petric
POR @PATYLEIVA
Martina Petric (1991) ha trabajado como cantante, compositora y co-productora de varios proyectos nacionales en los últimos 8 años. Partió con sus primeras bandas y proyectos desde el 2010 y el 2016 se lanzó como solista. Ese año sacó el primer single “Got Me”, lo que daría inicio a su carrera y a la preparación de su primer disco “VELVET”, lanzado en agosto del 2018, un álbum en donde se mezcla el pop y el soul y el gusto por la elegancia y lo minimalista en el sonido.

¿Quién fue tu primera ídola?
Mi primera ídola fue mi mamá. Ella es artista y me enseñó a expresarme y a perseverar. Me empujó a sacar la voz, me regaló mi primera guitarra y vi en ella alguien que quería ser cuando grande: una mujer valiente y empoderada.

¿Qué música se escuchaba en tu casa cuando niña?
En mi casa siempre se escuchaba la música que ponía mi papá y casi toda era rock clásico de los 70’s, cosas más progresivas y algo de soul, pero nada pasado los 90’s. Gracias a eso conocí muchas bandas interesantes que aún escucho y guardo los discos. Con mi mamá era el lugar de mis “placeres culpables”. Creciendo en una casa donde se escuchaba puro rock y jazz, era difícil asumir que igual me gustaba Chichi Peralta o Shakira, entonces con ella escuchábamos de todo y cantábamos en el auto. Ella me mostró cantantes que hasta el día de hoy me encantan como Billie Holiday, Barry White, Cat Stevens, etc.

¿Cuál es tu etapa favorita en la creación y grabación de un disco?
Mi etapa favorita es cuando termino una maqueta. Siempre estoy haciendo canciones, aunque sean pedazos sin terminar, y me encanta el momento en que la grabo completa, hago la letra y le mando la sesión a mi productor para comenzar a pulirla y aterrizar todas las ideas que tengo de cómo podría quedar. Lo más satisfactorio es escuchar la producción, la mezcla, y sentir que está exactamente como me la imaginaba, ahí es donde realmente veo cada canción y me vuelvo a enamorar.

¿Cuáles son tus próximos planes musicales?
Mi idea ahora es lograr sacar VELVET fuera de Chile, promocionar mucho tocando acá y en regiones, pero me encantaría salir, ir a festivales internacionales, intentar que mi disco se escuche en otros países. Siempre me vi llevando mi carrera musical a todos los lugares posibles. También he pensado mucho en empezar a trabajar en colaboraciones, hacer featurings, etc. Se viene harta pega creativa y audiovisual.

¿Cuál es la mejor manera de pasar el tiempo libre?
Me gusta mucho estar en mi casa, comer algo rico y siempre escuchar algún disco que me encante. Mi tiempo libre lo aprovecho para estar con mi polola y mi gata, soy una persona más de casa y disfrutar la tranquilidad que a veces en Santiago es tan difícil de tener. Mi panorama ideal es sentarme en la terraza con una cerveza, música y una buena conversación.

¿Tu proceso creativo es introspectivo o necesitas de compañía?
Mi proceso creativo es muy introspectivo. Necesito de absoluta soledad, la intimidad para crear es imprescindible, no puedo hacerlo de otra forma. Me gusta probar con la voz, tener la libertad de cantar fuerte, de equivocarme, de reírme, de llorar al momento de componer y para eso no puedo estar con nadie más que conmigo.

¿Cuál es tu relación con la crítica y con la auto-crítica?
La crítica la he ido aprendiendo a aceptar y a agradecer, siempre y cuando sea constructiva y no que llegue a ofender mi trabajo. Una tiene que entender que hay que abrirse también y aprender de los demás. La autocrítica es otro cuento. Soy muy dura conmigo misma a veces, porque me exijo y trato de ser lo más profesional posible. Con el tiempo también he ido soltando el control de las cosas y dejando que fluyan. A veces te enojas, porque no salió afinado o porque te equivocaste en algo, pero son cosas que van a pasar siempre, finalmente tienes que saber de qué eres realmente responsable, qué es lo que en verdad está en tus manos y quedarte con lo mejor.

¿Cómo sería el negocio de la música en Chile en tu mundo ideal?
Uff, hay tantas cosas que se podrían hacer aquí en Chile. Creo que lo primero es tener una buena educación musical y artística, una cultura que aprecie las formas de expresión como se debe, que entregue libertad y un concepto. Además, por supuesto, abrirnos a la escena nacional y no cerrar tantas puertas. Cuando eres emergente es súper complicado que te pesquen para ir a tocar a un bar conocido y ¡más aún que te paguen! Sería ideal que nos convirtamos en un país consumidor de música de verdad, que compremos las entradas, que respetemos y conozcamos el trabajo que hay detrás de un proyecto musical, no sólo los que vienen de afuera, sino que la sociedad se abra a escuchar cosas nuevas y a comprar discos nacionales.

Por último, que haya más participación de mujeres en los festivales y circuitos musicales. Hay que dejar de lado esa tontera del privilegio machista y de que el porcentaje de mujeres sea tan bajo. Tiene que existir una equidad en todo sentido.

¿Hay alguna otra disciplina artística –aparte de la música–con la que te identifiques?
Me gusta mucho escribir. Lo dejé un poco de lado hace años, pero siempre me interesó la literatura. A veces intento retomarlo. Me gusta la narrativa, hacía cuentos y hubo un momento en que junté muchos y pensé en publicar. Quizá más adelante aparezca mi lado literario de nuevo, es un mundo muy interesante e intenso.

Recomiéndanos una canción para animar la mañana y otra para bailar en la noche.
Escuchar “All Around the World” de Lisa Stansfield en la mañana siempre te va a energizar.

Para un baile nocturno me quedo con las antiguas de J.Lo, mi mayor placer culpable, como “If you had my Love” o “Love Don’t Cost a Thing”, no conozco a nadie que no se le mueva el cuerpo con esas canciones.