Les presentamos Especimen, el primer libro de Eleonora Aldea Pardo -

por @patyleiva, foto: Valentina Pérez

“Nunca bonita. Guapa. Eso es lo que más me dicen. Que soy guapa. Y no me ofende, no soy ciega. Sé que no soy bonita. Me gusta no ser bonita. Bonita se siente como un diminutivo. Algo chiquitito. Una cosita linda que puedo guardar en mi cajita de cositas lindas y mirarla cuando quiera. Guapa se siente gigante. Guapa se siente valiente.
La verdad es que soy muy grande para ser bonita, y como si no fuera suficiente me pongo tacos para ser gigante. ¿Qué me dices, hombrecito? Desde acá arriba no te escucho. ¿Que lo mío no es ser bonita sino ser guapa? Oh, gracias hombrecito. Gracias por tu opinión sobre mi cara, gracias por la opinión que no te pedí. “

Ese es el capítulo dedicado a la letra “G” del libro Especimen de Eleonora Aldea Pardo, uno de mis fragmentos favoritos.

“Qué mina y que alta” fueron las dos primeras palabras que de me vinieron a la cabeza la primera vez que la vi. Los años, la internet y la amistad que han hecho sumar las palabras “valiente y decidida” para describir a Eleonora.

Eso fue un mes de enero de hace muchos años, una especie de flechazo a primera vista que derivó lógicamente -para mi- en que la invitara a ser parte de Zancada, este espacio seguro donde conversar con amigas. Ella se hizo parte instantáneamente, y por eso me invitó el miércoles recién pasado a presentar su libro –junto a los maravillosos autores Arelis Uribe (Quiltras) y Gabriel Ebensperger (Gay Gigante)–, hace más de un año, antes de escribirlo, porque dice que este fue el primer lugar donde más gente pudo leerla, y eso me llena de orgullo.

Las palabras y las letras son las protagonistas de este espécimen vertiginoso e intenso como su autora.

Y es que esta vitalidad es contagiosa. Cuando María Paz Rodriguez –la genial editora de Neon Ediciones que vio el potencial de la autora antes de que ella siquiera lo supiera– me mandó el libro, lo leí en una hora y, créanme que soy lo menos “lectura veloz” qué hay.

La Nori es lectura veloz, pero para la vida.

Nadie puede aprender a dibujar letras en tan rápido y convertirse en un referente inmediato; diplomarse; dar clases en la universidad, decenas de talleres (en nuestra propia FábricaZancada!) y escribir un libro en tan poco tiempo.

Ella sí, y a mi me encanta ser testigo de sus movimientos, de escucharla decir: quiero esto… y ver cómo lo logra y lo supera porque la Nori es así, exagerada y gigante.

El libro es un corazón abierto. Hay momentos conmovedores, chistosos, cachondos, para disfrutar de la A a la Z.

Acá les compartimos un video muy lindo con el registro del lanzamiento: