O quizás toda esta temporada final de Game of Thrones ha sido un desastre. Cuando hace muchos meses atrás supimos que esta temporada final iba a ser corta, de inmediato cundió la duda de si tan pocos episodios iban a bastar para desarrollar la historia y terminar con las dudas que venimos arrastrando hace años.
Al comienzo de la temporada tenía algún tipo de esperanza de que el final sería digno. A tres capítulos del final ya me di cuenta de que la temporada corta no iba a dar el ancho. A solo un capítulo del final, ya no queda esperanza alguna. Los episodios que hemos visto pueden haber sido entretenidos al momento de verlos, pero al repasarlos al menos a mi me invade la frustración.
También me da pica pensar que la decisión de hacer dos temporadas finales cortas fue de los mismos creadores (David Benioff y Dan Weiss), que por algún capricho querían solo 73 horas de filmación. ¿El motivo? Ninguno lógico que se sepa. HBO les ofreció los recursos para continuar con los capítulos que fueran necesarios por el tiempo que fuera necesario, pero ellos no quisieron hacerlo ni tampoco delegarlo a alguien más.
¡Qué egoísmo, por la chita! Dicen que Benioff y Weiss querían ponerle término rápido para hacer cargo lo antes posible de la nueva trilogía de Star Wars. Está bien, la saga de Star Wars necesita ser rescatada con urgencia, pero no sin antes darle a Game of Thrones un final como la gente.
Los guionistas ya sin poder apoyarse en los libros de George R.R. Martin se quedaron sin ideas o bien no supieron planificar y enlazar la llegada al final. Ya hemos visto el pobre resultado, que ha sido más parecido al apurado fin de una serie que se cancela por falta de audiencia, que a una que tenía todo para pasar a ser una de las grandes de la historia de la tv.
Esta temporada las cosas terminaron apretándose al máximo, los diálogos reducidos al mínimo y los personajes hacen lo que hacen pero nos quedamos sin saber sus motivaciones más a fondo. Todo es por encima y sin cuidado. Los saltos de un lugar a otro son con teletransportación. No hay viajes ni desarrollo, ya que eso hubiese sido perder el poco tiempo que había de pantalla.
Hay escenas que me faltaron
Por ejemplo cuando Jon le cuenta a sus hermanas su gran secreto, pero no vimos sus reacciones. Otras cosas quedan en el aire por ejemplo el motivo de Sansa para odiar tanto a Daenerys ¿Sólo porque tiene el ojo entrenado para reconocer a la gente mala o es porque en el norte no quieren una reina? No tenemos como saberlo. Hay cosas inexplicables como la idea de retomar la historia de Bronn, pero a un capítulo del fin, la verdad ya no importa.
Cersei que era la mala-mala, termina sin ser castigada como me hubiese gustado. ¡Para qué generar una idea sobre un personaje durante tanto tiempo, si después va a terminar de manera tan blanda? Por su parte Jaime comenzó de malo, se transformó en bueno, iba a ser héroe, se arrepintió, pateó a Brienne y fue a buscar a su hermana. Se devolvió al principio. Chao con la redención.
La historia de amor entre Dany y Jon tampoco fue, o tampoco se desarrolló como para que fuera tan conflictiva o importara tanto. Jon se ha convertido en un mequetrefe al lado de Daenerys. Al menos a mi no me interesa verlo como rey, aunque se vea como algo lógico.
Daenerys se desató en el capítulo pasado, pero bueno, era de las cosas que sabíamos podía ocurrir. Era predecible y fue terrible, pero la chica tiene carácter y no por eso está loca.
Bran no sé para que “sirvió”, excepto para darnos el final del tercer episodio. No hubo tiempo para explicarnos lo del Knight King y la gran historia que existía ahí. Pero bueno, The Hound por el momento es el único que cerró su historia de buena manera. Emocionante pelea, historia cerrada. ¡Gracias Sandor!
¿Era necesario hacer todo tan de sopetón? Se perdió el ritmo y la pausa para contar una buena historia. Nos quitaron lo inesperado y lo reemplazaron con una suerte de “salidas rápidas” que no terminan de cuajar. El desenlace de Game of Thrones va a llegar, pero va a llegar antes de tiempo y eso da pena.
post latero