Incendio en la Amazonia: La nube de humo que nos está haciendo abrir los ojos

Una nube de humo voló 3.000 km desde el Pantanal y la Amazonía hasta la mayor ciudad de Brasil. Un recado paradojal: te mando ese humo para que abras los ojos.
AmazoniaPor Ana Paula, ilustración @catalina.m.i

Parecía una escena de película. Eran las 15h y el cielo de Sao Paulo oscureció. No demoraron las fotos en redes sociales, preguntas y teorías de conspiración. Pero la respuesta era más simple… y triste. Una nube de humo voló 3.000 km desde el Pantanal y la Amazonía hasta la mayor ciudad de Brasil. Un recado paradojal: te mando ese humo para que abras los ojos.

La Amazonia se quema como nunca antes. En lo que va de 2019, ya se han quemado más hectáreas que años completos anteriores.

Una tragedia como esa no debiera dividir a los grupos, sino que unir a todos por la solución. No se debiera politizar una causa común. Pero es imposible ignorar los hechos.

El actual gobierno de Brasil desde un comienzo demostró su apoyo a la llamada bancada ruralista: agricultores y ganaderos, quienes históricamente han presionado para obtener mayores derechos de uso de las tierras con fines productivos.

Esto vino acompañado de una seguidilla de hechos lamentables: el presidente de Brasil cuestionó insistentemente los datos del INPE (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales) con respecto a los índices de deforestación (lo que resultó en críticas por parte del Director de esta entidad y su posterior desvinculación); ha disminuido en 24% la entrega de recursos al Instituto Brasileño del Medio Ambiente IBAMA, lo que ha afectado especialmente las labores de fiscalización; ha hecho declaraciones patéticas con respecto a la contaminación ambiental (cuando fue cuestionado si es posible crecer económicamente y a la vez preservar el medio ambiente, él dijo “sí, basta comer menos y hacer caca día por medio”).

Junto con eso, los grupos ruralistas han aumentado el lobby para derribar concesiones de áreas de protección ambiental.

Para colmo, cuando la situación de la Amazonia ya era dramática, Jair Bolsonaro declaró que probablemente estos incendios habían sido provocados intencionalmente por las mismas ONGs de protección ambiental, quienes están recibiendo menos recursos y por ende quieren perjudicar la imagen del presidente.

Ante la sensación de impotencia sobre lo que está ocurriendo, considero que lo mejor que podemos hacer ahora, es informarnos. Abrir los ojos. No es necesario que nos llegue la nube de humo para tener conciencia de ello.

Una amiga me dijo algo muy interesante. “Pese a siempre tener conciencia de la importancia de la Amazonia y ser contra la deforestación, ver el humo llegar a Sao Paulo mostró que el problema no es sólo del Norte de Brasil, es de todo el país y todo el planeta.

Ayer me acordé del miedo que tenía de los accidentes nucleares en Japón… y de hasta dónde esto podría llegar… ese mal invisible que nosotros no sabemos qué alcance tiene.

Y cuando el humo llegó acá, hizo que lo invisible de tornara visible, y me hizo pensar principalmente en las personas que están al lado de los incendios.”

Algunas plataformas y campañas ya están muy activas en este tema. Para informarse, el sitio www.342amazonia.org es una excelente fuente de datos (por ahora, sólo en portugués).

Hay varias peticiones organizándose al rededor del mundo (por ejemplo esa de UK). Hashtag Prayforamazonia y, el más reciente, boicottbrazilianbeef, que llama a no consumir carnes provenientes de los grandes productores de Brasil.