por Joce Acuña (@joce_a)
Un gran capítulo se creó hace 18 años: Britney Spears llegaba al #1 del Billboard 200… Bueno, en verdad eso es sólo una excusa -porque pasó en febrero- y es para hablar de uno de los discos más importantes en la vida de muchas -y muchos.
Britney tenía sólo 16 años y comenzaba a tocar la fama con un disco cuyos productores habían trabajado con los Backstreet Boys, y contó incluso con compositores suecos -claro, de hecho “hit me baby one more time” para ellos era como “oye, llámame de nuevo” pero en verdad no les resultó así… Cosas que pasan.
¿La canción principal? La misma que lleva el nombre del disco, que llegó a ser nominada a un Grammy pero no se lo llevó -recuerden que Britney tiene sólo uno de estos premios y que fue por “Toxic”-, no sólo era una canción que suplicaba un amor no correspondido y que más encima tenía una coreografía simple-sensual-maravillosa-escolar.
Esa fue una de las canciones que llevó a “…baby one more time” a ser el disco más vendido en el mundo por una adolescente, con más de 30 millones de copias. Es un material que entero es bueno, y muy corta venas si nos ponemos a pensar en temas como “Born to Make You Happy”, “I Will Still Love You”, además de otros así como “From the Bottom of my Broken Heart”. Era un álbum con el que lo pasabas bien, buena onda con los amigos como con “Soda Pop” o “I Will Be There”, pero al mismo tiempo llorabas con un amor no correspondido, o dejabas ir a alguno.
18 años no pasan en vano, y hoy un disco como este para algunos ya es parte de la historia de la cantante que no brilla como antes, pero que la queremos igual. No en vano, debemos recordar que hace 10 años tuvo una de sus mayores crisis de la que logró salir adelante.
Foto: BMG
