historia de un matrimonio

Marriage Story, la íntima historia de un matrimonio que llega a su fin

Marriage Story, historia de un matrimonio es la película de Noah Baumbach protagonizada por Adam Driver y Scarlett Johansson que muestra los detalles prácticos del divorcio, los cambios que los involucrados experimentan, las razones, el desgaste que nos confirma que esto nunca es fácil.
Marriage Story historia de un matrimonio
Por @patyleiva

Marriage Story, historia de un matrimonio es la película de Noah Baumbach protagonizada por Adam Driver y Scarlett Johansson que muestra los detalles prácticos del divorcio, los cambios que los involucrados experimentan, las razones, el desgaste que nos confirma que esto nunca es fácil.

Me gustó mucho, me pareció intensa, pero no melodramática. El final de este matrimonio tiene sus momentos muy emotivos pero tampoco esperen la emoción e intensidad de Kramer vs Kramer.
Marriage Story, la íntima historia de un matrimonio que llega a su fin 1Hay un esfuerzo en mostrar las dos caras de la ex pareja formada por Charlie y Nicole, el director juega mucho con la simetría, desde los afiches promocionales hasta los testimonios hablados por cada uno. Es una película muy hermosa, visualmente, y muy bien actuada. Driver realmente lo da todo en cámara.

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Las películas de Baumbach suelen ser muy íntimas, una genera empatía con los personajes porque te ubica muy cerca, cosa que a veces también puede resultar incómoda. Así me pasó en Greenberg, que me pareció demasiado desesperanzadora, llegando a ser deprimente y haberme arrepentido de verla. El elenco, compuesto por Greta Gerwig y Ben Stiller me había armado otra idea de la película, pero fue decepcionante.

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No así Frances Ha, que me encanta, donde también aparecen dos de sus actores favoritos, Greta Gerwig y Adam Driver. Frances Ha muestra la esencia de un personaje que no se puede encasillar, que es tan real que se mueve erráticamente –francamente,¿quién no?– porque, finalmente las personas no somos blanco o negro (como la película je), sino que hay matices, auto sabotaje, confusión, pasión y necesidades que no siempre pueden explicarse. Además de contar con la maravillosa escena de la protagonista corriendo y bailando por las calles de Nueva York al ritmo de Modern Love, de David Bowie.

Comentarios con spoilers:

Estas son las razones que me hicieron amar Marriage Story, historia de un matrimonio:

Los disfraces. Por alguna razón, supongo que por el hecho de pertenecer al mundo del show bussines–, los disfraces tienen un rol muy importante en esta familia. Los Beatles, ninjas, fantasmas, el hombre invisible, Frankenstein, Audrey Hepburn y el mejor de todos: Nicole como el David Bowie de Let’s Dance.

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El humor. Casi siempre de la mano de las pequeñas torpezas de Charlie, que nunca son gratuitos, por ejemplo, cuando no puede sacar el ticket de estacionamiento, nos está diciendo que en Los Ángeles es un pez fuera del agua, que siempre va a preferir caminar en Nueva York. Cuando le apaga la luz a Nicole sin darse cuenta que está leyendo, para ahorrar luz, y tragicómicamente cuando su ingenuidad lo delata. Nicole también tiene momentos agudos y adorables que te hacen sonreír en medio de la difícil situación.

Los acercamientos. Cuando las discusiones se vuelven intensas, la cámara gira y se acerca y sientes que estás en la piel de los actores.

Laura Dern. Cada vez amo más a esta mujer. Es imposible no ver a Renata de Big Little Lies en Nora, de Marriage Story. Acá es la feroz abogada de Nicole, una mujer que sabe lo que quiere y como conseguirlo. Me intriga y me provoca cierta fascinación contemplar cada uno de sus gestos en escena. Siento que el director quiere decirnos algo cuando ella se saca la chaqueta en pleno juicio, cuando elogia el trabajo de Charlie, cuando ordenan comida, cuando abraza a si clienta, cuando le ofrece un té y unas galletas demasiado deliciosas que promete regalarle. La relación de ellas trasciende, porque la vemos en una celebración familiar juntas.

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La música. Randy Newman compuso los temas principales y la música incidental tiene sabor a clásico del cine. Mención especial tiene ese momento teatral que nos entrega Adam Driver cantando Being Alive.

La letra es sobrecogedora y muy iluminadora cuando queremos comprender por qué los seres humanos nos tiramos a la piscina del amor aunque hayamos sufrido antes.

Someone to hold me too close.
Someone to hurt me too deep.
Someone to sit in my chair,
And ruin my sleep,
And make me aware,
Of being alive.
Being alive.
Somebody need me too much.
Somebody know me too well.
Somebody pull me up short,
And put me through hell,
And give me support,
For being alive.
Make me alive.
Make me alive.
Make me confused.
Mock me with praise.
Let me be used.
Vary my days.
But alone,
Is alone,
Not alive.
Somebody crowd me with love.
Somebody force me to care.
Somebody let me come through,
I’ll always be there,
As frightened as you,
To help us survive,
Being alive.
Being alive.
Being alive!

Algo anexo al comentario, es que leyendo sobre la película, me enteré de que según los más enterados, esta película es sumamente autobiográfica, aunque Baumbach lo niega.

Lo que se dice es que así como en la película The Squid and the Whale el director retrata el divorcio de sus padres, en Marriage Story, habla de su propio divorcio de la sequísima actriz Jennifer Jason Leigh (Mujer soltera busca, Atypical), madre de su único hijo, Rohmer.

Se supone que en la vida real, ella era de LA, él de NY, tienen un hijo y él comenzó una relación paralela con Greta Gerwig. Con esos datos me viene la suspicacia y pienso que con razón la infidelidad de Charlie, el protagonista pasa casi desapercibida, un punto que me había llamado mucho la atención en la trama de película, donde se ve apenas como un detalle.

 

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