narcisista

Mi pareja era un narcisista

Las alertas eran evidentes, pero no fui capaz de asumir que mi hombre perfecto, no era tal. Teníamos muchos gustos en común y lo pasábamos muy bien, sentía que nuestro amor era más grande que todo, por lo mismo, debía ser capaz de soportar su carácter. Estaba equivocada.

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POR MIRANDA GIRL
Hace poco terminé una relación larga, de más de diez años. Al principio todo fue muy romántico y especial, él me hacía sentir el centro del universo, era tierno, generoso y preocupado. Nuestros primeros años juntos fueron los más felices de mi vida, según yo, tenía la fortuna de haber encontrado el verdadero amor.

Vivimos juntos, intentamos tener hijos, sin éxito, varias veces, y a pesar de esas dificultades, nuestra relación parecía indestructible a mis ojos y a los de nuestro entorno. Pero sumado al tema de la infertilidad, mi salud se fue complicando y ahí fue que este hombre comenzó a dar muestras claras de su extrema dificultad para empatizar con el dolor ajeno, era como si le chocara verme sufrir, le molestaba que llorara y lo decía abiertamente, era incapaz de entender cualquier tipo de expresión que se acercara en alguna medida, a un conflicto. Así mismo, sus aires de superioridad se hicieron cada vez más insoportables, nunca reconocía un error y si bien, en apariencia no era un mentiroso, omitía muchas cosas relevantes.

Otro rasgo que apareció en él, fue su crueldad. Empecé a notar que sentía cierto humillando al resto. Un ejemplo habitual era que, cuando podía, dejaba expuestos a sus amigos en situaciones sociales, frente a sus parejas o cuando éstos no estaban presentes, dando cátedra de lo que hacían mal y qué debían hacer para mejorarlo.

Las alertas eran evidentes, pero no fui capaz de asumir que mi hombre perfecto, no era tal. Teníamos muchos gustos en común y lo pasábamos muy bien, sentía que nuestro amor era más grande que todo, por lo mismo, debía ser capaz de soportar su carácter. Estaba equivocada.

Los que enganchamos con personas así, solemos empatizar con la falta de empatía, aunque suene redundante y ridículo. En mi caso, me daba mucha pena que escapara tanto del dolor, que fuera tan engreído, tan indolente, sentía que mi deber era ayudarlo y sacarlo de ahí, pero él era incapaz de expresar alguna debilidad.

Pasaron los años y mi salud iba de mal en peor, estaba deprimida y mientras más grande era mi tristeza, él más se alejaba. Finalmente la relación terminó, su discurso fue que todo venía mal hace años, pero al poco tiempo descubrí que tenía a otra persona y que esa otra persona había aparecido, curiosamente, cuando yo estaba en el peak de mi pena y necesitaba más que nunca de su apoyo y cariño, algo que por supuesto, él iba a ser incapaz de ofrecer. A las pocas semanas me cambió por ella sin ningún remordimiento y por supuesto, sin reconocerlo jamás. De un día para otro ya no tenía pareja, casa, mascotas, nada. No volvimos a hablar, él nunca ha preguntado por mi a ninguno de nuestros amigos en común y tuve que entender de la manera más cruda, que había estado con alguien que, probablemente, nunca me quiso de verdad, solo le entregué comodidad en un período acotado de tiempo.

El concepto de narcisismo apareció en mis terapias sicológicas y conversaciones con amigas cercanas, había llegado el momento de hacerme cargo de por qué y cómo había caído ahí. Al principio me negaba a aceptarlo, el dolor que me provocaba leer una definición de mi ex cada vez que investigaba el tema era terrible, pero con el tiempo no me quedó más que asumirlo y llorar la pérdida.

Lo importante, para todas las que se ven envueltas en este tipo de relaciones tóxicas, es aprender a salir de ellas cuando las cosas se hacen obvias. Los narcisos no cambian ni van a terapia, es imposible ayudarlos porque se asumen como seres superiores, por ende son incapaces de ver sus propios defectos y carencias, así que si estás en una relación de este tipo, aléjate lo antes que puedas, un narciso sólo te va a destruir y jamás cambiará.

Kelly Sikkema

One comment

  1. Cuanta Razón! se parece demasiado a mi ex, aun me trauma verlo en la calle y cuando lo veo después tengo pesadillas…no porque aun lo quiera ni nada, sino porque me acuerdo que lo pasé tan mal tan mal con él, cuando nos separamos, que recordar toda esa etapa de mi vida me produce una angustia tremenda. Mi papá también es un narcisista crónico y creo que por lo mismo caí por ahi ( patrones), pero al final de día estoy feliz de haber podido termnar esa relación tóxica y desgastante….concuerdo con la autora…nada peor que un narcisista, son egoistas en extremo, inseguros, poco empáticos y sobretodo manipuladores!!….NEXT NEXT NEEEEXT!

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