Mi pololo me pegaba

sleepingwiththeenemy
por F.*

Me da vergüenza asumirlo, pero tuve una relación donde mi pololo me zamarreaba. A propósito del Día de la Mujer, a principios de mes se me hizo imposible no recordar lo que olvidamos de nosotras por pertenecer a un mundo tan machista, una sociedad prejuiciosa donde debemos luchar día a día por ser mujeres, buscar igualdad de género y no aceptar maltratos. Ese día me hizo recordar lo que a mí me pasó, lo que olvidé de mí y que me gustaría transmitir, aunque no quiero involucrar a terceros ni al “culpable”. Tampoco quiero que las personas que me conocen lo sepan.

Como toda relación el comienzo era perfecto; todo gira en torno a las palabras amorosas, a las citas entretenidas y a las noches eternas de conversación que se transforman en minutos ansiosos para que sea otro día y poder verlo. Pero de un momento a otro las cosas cambian, todo lo que piensas que iba a ser de película, se cae, se derrumba y nada vuelve a ser como antes.

No se me olvida la primera vez que lo hizo. Sólo le pregunté algo, quería que me dijera la verdad, nunca lo admitió, pero lo que estaba pasando era cierto. Se volvió loco, me dejó llena de moretones, intentó ahorcarme, me agarraba la ropa y me decía que yo tenía que ir a un psiquiatra, que estaba loca. Con el tiempo las cosas se convirtieron en un infierno, no podía irme a ningún lado porque eso era “abandonarlo”; me tenía que vestir de cierta forma, me obligaba a tener sexo sin condón, si no quería yo era mala mujer. Si yo no cumplía ese rol de “mujer” de cocinar, estar cien por ciento pendiente de el, me pegaba. Al final ya nada era bonito, yo solo quería escapar de eso, pero no podía, salía corriendo atrás suyo llorando, creía que nadie en el mundo me iba a querer como él. Eso no es amor, y aunque cada vez que me pegaba prometía cambiar y cuidarme, era sólo una fantasía en su cabeza. Una pobre y triste realidad que asumí meses más tarde, cuando pude salir de eso.

Lo que olvidé de mí y lo que olvidamos de nosotras es nuestro valor, la persona que somos, la felicidad propia, la simpatía, nuestra seguridad por entregarnos a este tipo de relaciones. Dejamos nuestra esencia, nos alejamos de nuestra familia y dejamos de vivir nuestra vida por ser esa “mujer” que nos piden.

Al final hay una idea tonta que tenemos en la cabeza, creemos que la violencia hacia las mujeres sólo se da en otros sectores, pero estamos equivocadas. Tenemos miedo de asumir una realidad que significa sentirnos avergonzadas y usadas, cuando lo único que debemos hacer es gritarlo. Creo que esto le servirá a muchas mujeres que están viviendo lo mismo que yo. No se queden ahí, la vida nos tiene preparadas muchas cosas, cosas que nosotras no creemos, porque con la violencia nos perdemos nuestra propia credibilidad.

*Si quieres escribir en Zancada, tienes que mandar tu texto con título y nombre con el que quieres firmar a [email protected] en un mail titulado TEXTO. Como siempre, si va con nuestra línea editorial felices lo publicaremos.

15 Comments

  1. Pucha, me afectó un poco tu historia. No es que haya vivido algo parecido, pero si he estado presente en violencia intra-familiar profunda, solo puedo decir, ojala todo vaya mejor.

  2. lo vivo ahora con violecia sicológica…. hace un mes decidí alzar la voz y he sido mal recibida, siempre yo seré la culpable del mal trato y hoy que estamos en conversaciones para volver a enmendar la convivencia y nuevamente quieren darme vuelta el discurso… esto no esta bien. Me mata y desintegra el alma y el amor. No veo salida

    • La única salida, cuando no hay manera de remediar, es seguir sola tu camino. A mi mamá le costó más de 10 años entenderlo y a mi varios años convencerla, pero hay que hacerlo. Ella ahora tiene la vida un poquito más difícil en términos económicos, pero es más feliz. Como dicen más arriba, la vida tiene muchas más opciones de ser vivida. No mereces violencia. Date a ti misma una vida mejor y da el paso, el que quiere mal, no quiere de verdad.

    • Si tus familiares y “amigos” te andan diciendo “Pero es que tu también le sacai los choros del canasto/ te ponis difícil/ le hacis la vida imposible” quizas sea el momento de cambiar de amigos. Nadie se merece que lo agredan y ni él debiese sentirse justificado para maltratarte por ningún motivo, ni menos ver su conducta apoyada por su entorno.

  3. Gracias por escribir sobre este tema, leí tu testimonio y no pude evitar comentar. A mi me pasó algo similar cuando estaba en el colegio y es cierto que es una realidad que ni siquiera uno como víctima quiere ver. Yo también salía corriendo y llorando atrás de él cada vez que me trataba mal. Hasta el día de hoy no entiendo por qué hice eso, por qué lo aguanté, no le conté a nadie, ni a mi familia ni a mis amigas, escondía los moretones y seguía al lado de él.

    Se tiende a pensar que ese tipo de maltratos está en otras realidades pero la verdad es que es algo que pasa en todas partes y a cualquier edad. Lo más importante es saber que se puede salir de esa situación, hay que pedir ayuda y no tener vergüenza.

  4. Hay un grupo que ayuda a estas mujeres que que finalmente terminan AMANDO DEMASIADO, lo guían psicólogas y un grupo que apoya en el proceso, se Llama Grupo Sad Chile, les dejo el dato para quién quiera unirse [email protected]

    Muy valiente al contar la experiencia, muy cierto y muy común, lamentablemente.
    Hay mucho maltrato y lo aceptamos sin querer, por costumbre, por miedo, por bajarle el perfil, por tantas cosas. Pero chicas, se puede salir de ese círculo, juntas siempre se puede. Cariños

  5. Lo encuentro heavy. Nunca he estado cerca de nadie que lo haya sufrido (¡que yo sepa!) pero me imagino que es duro.
    Me imagino también que hay que ir leyendo las señales y no “aguantarle” ni una a la pareja. Por lo menos con mi pololo actual yo tengo claro que, por mucho que lo ame, hay límites que para mí son bien definidos. En una época se puso celoso-psicópata y yo le paré el carro, porque de otra forma yo no podía seguir. Si se le ocurriera empujarme o algo parecido, creo que lo dejaría.

    Ánimo para todas lo que lo han vivido.

  6. Fuerte historia, no veo porque debas sentir verguenza fuiste victima y lo correcto es denunciar, eso si me aburre eso de que es culpa del machismo, el tipo estaba LOCO y tuvo una conducta CRIMINAL, asi como tu fuiste victima de algo bastante horrible, es habitual en Chile y en el mundo y afecta a hombres y mujeres, solo que a los hombres les da verguenza contarlo por el que diran, como no te defendiste, etc.

    Ojala la policia y los jueces pusieran mano dura con la VIF sean en matrimonios o pololeos, no importando que clase de relacio sea (monogama, poli, hetero u homo) quien ejerza la violencia (hombre, mujer, niño, anciana) y que existiera apoyo social (psicologico, economico, asesoria) para superar algo que cualquiera pudierse ser victima sea en el barrio alto o en la pintana. Ademas ya es hora que se desaparezca el ministerio de la mujer y se hagan estudios de la VIF en las personas, no dirigido a culpabilizar a los hombres de todo e ignorar lo que muchos sufren, no niego lo terrible que te paso y que obvio espero tengas todo el apoyo del mundo, pero culpar al machismo por lo que un criminal te hizo es mucho, no vivimos en Irak o Afganistan o Africa, y lo que te ocurre tristemente no solo tu o solo mujeres lo viven
    Y porfa no me insulten ni nieguen lo que digo, si no comparten mi opinion basta con solo ignorarme

    • Macho alfa, como no es primera vez que comparas Chile con otros países, ¿qué es lo que quieres decir exactamente con lo de que “no vivimos en Irak, Afganistàn o ´África?

  7. Yo también viví lo mismo, cuando estaba en el colegio, dure casi cuatro años. Me maltrataba psicologicamente, sexualmente y fisicamente como en apretones, empujones y ese tipo de cosas (me dejó moretones y cototos. Cuando estabamos solos y se enojaba pateaba las cosas y a mi me arrinconaba). Uno no se da cuenta cuando la cosa se empieza a poner fea, creís que es normal. Y cuando asumí lo que estaba pasando decidí terminar y cada vez que le insinuaba algo como terminar él me decía “que no iba a saber más de él”, manipulándome con sus amenazas. Al final estuve los últimos seis meses obligada con él, y además era celopata me revisaba el celular y si no lo dejaba me decía que entonces yo no lo quería. En el momento que logré terminar con él, yo fui la mala de la película (teníamos los mismos amigos), así de manipulador. Lo peor es que aún lo veo de repente, nos topamos en reuniones familiares o con amigos.
    Pa mi ese tipo de weones son malos o locos, no hay otra explicación. Y si no se tratan nunca van a cambiar.
    Lo mejor para intentar superar este tipo de malas experiencias, es hablar. Yo hablé después de un par de años, ya no me da vergüenza.

  8. “me tenía que vestir de cierta forma, me obligaba a tener sexo sin condón, si no quería yo era mala mujer. Si yo no cumplía ese rol de “mujer” de cocinar, estar cien por ciento pendiente de el, me pegaba.” Si eso no es machismo, entonces qué lo es?

  9. Uff me llegó tu historia. Tengo 30 años, y de los 20 hasta los 25 casi 26 tuve un pololo que también me pegaba. Fue mi primer pololo, al principio un amor, la primera semana de relación me presentó a sus padres, compañeros, amigos, para mi era casi un sueño, por lo caballero que se mostraba. Así siguió hasta unos meses, y yo, que nunca había pololeado, era virgen incluso (era muy niña en todo aspecto, super ingenua) me enganché heavy. Pasó un poco el tiempo y me presionaba a tener relaciones sexuales de formas que yo no quería, me decía que si hacía tal cosa por él, era porque lo amaba, entonces yo accedía. Comenzaron así las relaciones sexuales en forma super violenta a veces. Me insultaba también, me trataba de “fea” y “tonta” por cualquier cosa. Comenzó el control también, si yo me atrasaba unos minutos en llegar a su casa, me decía que estaba con tipos, me revisaba el teléfono, le di mis contraseñas de todo. Al final ya no podía ni ir a la universidad porque si no estaba con él, o no contestaba (porque estaba en clases), me decía que andaba juntandome con hombres, para él todo lo que yo hiciera era engaño, al punto que me obligaba a reconocer que era infiel, porque si le decía que no, me pegaba.

    Pasé así casi 6 años, y lo peor, es que no todo era malo, también tenía momentos super tiernos, le encantaba cocinar para mí, invitarme a comer, hacerme regalos, podía hacerme masajes y cariño por horas, y yo estaba enamorada… cómo lo iba a dejar?? Pasaba de hacerme sentir como princesa a decirme que era una inútil, ordinaria, fea, imbecil, que nadie me iba a querer como él, y yo estaba convencida de eso. Para mí no había nadie después de él porque nadie nunca más me iba a querer.

    Los últimos 2 años de relación fueron los más tormentosos, que, sin mencionar que me gorreó como quiso, comencé a responder sus agresiones, nos agarrábamos a combos, patadas, y yo siendo mujer, bastante flaca (que a todo esto, me decía que era gorda y yo estaba con trastornos alimenticios heavy por lo acomplejada que me tenía, estaba flaquísima anoréxica), obviamente no me podía defender de un hombre, siempre tienen más fuerza. Yo mentía en mi casa diciendo que los moretones eran porque me caía, o de torpeza en la micro o en el metro. Al final, un día por algo muy tonto, que ya ni recuerdo casi, a él le dio la locura y me tiró a la cama, me golpeó el estómago y me puso un almohadón en la cara tratando de ahogarme. No se cómo pero logré zafarme, le pegué un golpe bajo y huí llorando muerta de miedo, esa fue la última vez que lo vi como pololo.

    No recuerdo haber sufrido más que en esos años, que coincidió con mi época universitaria, de hecho congelé por lo mismo, estaba mal psicológicamente, años después retomé la carrera.

    La única vez que volví a juntarme con él fue casi 1 año después, nos juntamos a tomar un café, yo sólo quería conversar y compender algunas cosas, nada más. Pero me di cuenta que era inútil, se lo hice saber, y por la desesperación de ver que me había perdido definitivamente, me pidió matrimonio y me dijo que nos fuéramos de Chile, a lo que, obviamente, le dije NO. Lo fui a dejar a su casa, él estaba llorando, pero fui fuerte, luego de eso corté todo contacto.

    Hoy en día tengo otro pololo, ha sido un 7 en mi vida, estoy muy feliz. Ya no sufro de anorexia, retomé mi carrera, puedo salir con mis amigas, nadie me controla, y me siento bonita como mujer, se que lo soy. El único consejo que le puedo dar a quienes estén pasando algo similar, es que nunca le crean a nadie que les diga que nadie más las va a querer, o que son feas, tampoco tontas. Y si tienes alguna amiga que esté en lo mismo, jamás le digas que no es capaz de dejar a su pololo “porque es tonta” o porque “le gusta que le peguen”… A nadie le gusta ni tampoco es de tonta, es sólo que uno se enferma psicológicamente y cae en un ciclo muy dificil de salir a veces.

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