Morcheeba

Morcheeba en Chile: una noche más que feliz

Morcheeba en Chile: una noche más que feliz 1
POR CUX
No estaba tan equivocada, cuando dije q Morcheeba parecían ser mis mejores amigos. Anoche lo comprobé, cuando nos paramos frente a Sky Edwards y su maravillosa sonrisa, cuando todos los que estábamos escuchando nos dimos cuenta que esto iba a ser un show para sus amigos de hace ya 20 años. La mejor de las ondas, ella percibía todo y su público lo recibía. Nos dijo que cantábamos bien luego de enseñarnos unos coros para cantar cada uno de sus hits.

Skye Edwards estaba magnífica, verla ya era una experiencia inigualable (la extrañamos la última vez). Al parecer estaba cansada, llevan una gira larga por sudamérica -no se le notaba nada- porque en la mitad del concierto, se sacó sus zapatos de taco y se puso unas coolisimas pantuflas y nos invitó a bailar. “You wanna dance?” Así, con su entrega total, empática, graciosa, contenta, simpática, comenzó a cantar “Let’s Dance” de David Bowie que nos flechó a todos. Los músicos todos muy conectados con ella y con lo que pasaba, mi sentimiento después de anoche es: qué onda la buena onda.

No era un día simple para la tercera visita de Morcheeba a Chile, en una semana llena de conciertos y la coincidencia de día con Gorillaz jugaban en contra, pero el Club Chocolate se repletó de fans verdaderos que agotaron las entradas y no se perderían este reencuentro con la adolescencia de tantos de los que crecimos en los 90s. Con esto queda claro que en Chile tenemos un tremendo corazón musical, y que somos más fieles que ningún público.

El trip hop de los ingleses cautivó al público capitalino con los hits que queríamos escuchar en un ambiente que se sentía familiar, porque la hermandad flotaba en el aire. Pero no se trató sólo de recuerdos, el público prendió tanto con los temas más recientes, como “Never Undo”, adelanto de “Blaze Away”, su próximo disco, como con los de discos como “Big Calm”, que está cumpliendo 20 años por estos días. Nunca salimos de ese estado de trance cargado de beats trip hoperos, jazzísticos y sensuales.

La banda completa hizo gala de su maestría y genialidad performática que hace de la experiencia en vivo un camino paralelo al placer de escuchar los discos de estudio, por que sí, suenan igual, pero ser testigo de lo que vimos ayer es simplemente inigualable que nos dejó llenos de energía y buenas sensaciones. Se fueron agradecidos por nuestros cantos y nosotros con los de ellos.

Con el anuncio del nuevo disco está claro que queda Morcheeba para rato, y esperamos que las visitas continúen también.

Morcheeba en Chile: una noche más que feliz 2