Ñocha Malen

Ñocha Malen: el Arauco domado y dominado por las mujeres

“Ñocha Malen” es el nombre del libro, frase que significa mujeres de ñocha y también da nombre a una comunidad de artesanas de la zona de Huentelolén, un caserío entre Cañete y Tirúa, a la orilla del lago Lanalhue, la llamada zona roja del conflicto indígena.

Ñocha Malen: el Arauco domado y dominado por las mujeres 1
por A.
Claudia Hurtado y Ximena Torres Cautivo recogen en este libro el magnífico trabajo artesanal de un colectivo de mujeres lafquenches. Desde la zona más revuelta del conflicto mapuche, estas notables artesanas exportan a París y exponen en Milán. Leer sus historias es entender qué se teje de verdad en la llamada zona roja. Venta exclusiva en librería Qué Leo.

“Nunca he estado en una sala de clases; no sé ni leer ni escribir y por eso no me gusta que me hagan preguntas y escriban lo que digo porque no sé qué está quedando anotado. Mis tres hijos sacaron el octavo básico; eso era muy importante para mí. Yo no quería que se sintieran como yo, porque cuando uno no sabe leer anda igual que una persona ciega”.

Confidencias como esta, de Ana María Aniñir, 67 años, son las que contiene este libro que -en el decir de su prologuista, la antropóloga y premio nacional de Ciencias Sociales 2013 Sonia Montecino- “aúna voluntades femeninas (las de la historiadora Claudia Hurtado, de la periodista Ximena Torres Cautivo y las de las artesanas) que han hecho posible un diálogo en la diferencia, y ponen en escena la persistencia como forma de trabajo: cada una de las mujeres que comparecen en el texto hacen un aporte esperanzador en el sentido de que es factible producir interculturalmente un producto, una conversación, una cooperación”.

“Ñocha Malen” es el nombre del libro, frase que significa mujeres de ñocha y también da nombre a una comunidad de artesanas de la zona de Huentelolén, un caserío entre Cañete y Tirúa, a la orilla del lago Lanalhue, la llamada zona roja del conflicto indígena. La ñocha es una planta con la que desde tiempos inmemoriables los lafquenches, de la costa de Arauco, tejían cestos y otros objetos utilitarios. Hoy las que tejen son estas mujeres y lo están haciendo con tan nivel de maestría, calidad y creatividad que sus obras han sido expuestas en la Bienal de Milán en 2016 y en la Bienal Revélations 2017 en París. A estos logros suman haber sido seleccionadas por el diseñador español Álvaro Catalán de Ocón para su proyecto PET Lamp, que consiste en reutilizar botellas plásticas en la fabricación de lámparas utilizando técnicas artesanales. Las Ñocha Malén se sumaron así a artesanos de Colombia, Japón y Etiopía.

El colectivo lleva varios años asociado con forestal Mininco, que les ha ayudado a cultivar la ñocha en sus jardines y ha patrocinado el trabajo de la historiadora y gestora cultural Claudia Hurtado con ellas. Como señala Claudia Hurtado: “Me gustan los grandes formatos, porque detrás de ellos hay audacia y convicción. Me gusta que ellas se estén atreviendo a hacer piezas grandes. Antes todo lo que hacían era chiquitito, así lo decían incluso. Que hayan salido de los objetos chiquititos, me parece bien simbólico. Habla del compromiso que tienen con su trabajo y de que hoy se sienten orgullosamente artesanas”.

La periodista y escritora Ximena Torres Cautivo, quien redactó los textos e hizo las entrevistas a las 10 artesanas presentes en el libro y también entrevistó a su socia y amiga Claudia Hurtado, afirma que lo que más la conmueve es “que cada una de ellas representa un aspecto de la realidad de las mujeres mapuches de esa preciosa y conflictiva provincia a la que la prensa llama ‘la zona roja’. Están la falta de educación y el analfabetismo; el peso de la religión evangélica; la vergüenza versus el orgullo de ser mapuche y hablar o no mapudungún; la superioridad de las mujeres sobre los hombres en cuestiones como la responsabilidad familiar y la capacidad de trabajo; la falta de pareja o, peor, de amor; el cariño por la tierra, los animales, las flores, los productos del huerto; la relación con los huincas, que va desde la desconfianza de Ana María Aniñir hasta el pragmatismo histriónico de la show woman del lote, Estela Astorga Porma, ‘hija de cacique fino’, según propia declaración, quien, además de artesana es medio machi, cantora y curandera. Cada una de ellas es una artista y una persona espectacular. Sus historias inspiran”.

Leer el libro, maravillarse con las obras de estas artesanas en las espectaculares fotos de Carolina Vargas, es un viaje al Arauco no domado aún y dominado por las mujeres siempre.