por lucy
El acoso sexual callejero es algo que, me atrevo a decir, toda mujer que vive en Chile ha sufrido más de una vez. Un ruido asqueroso al pasar a tu lado, “piropos”, punteos o que te corran mano son algunas de las experiencias más típicas a las que estamos expuestas por sólo andar en la calle, desde que tenemos más o menos 12 años.
Recién hace un año que se habla socialmente de acoso callejero y un par más antes de eso me fui dando cuenta de que se trataba de un tema mucho más grave que sólo mi molestia y miedos; es un tema de cómo la sociedad ve a la mujer, y de cómo los hombres se sienten con el derecho a decir, gemir y tocar a una mujer desconocida que no lo ha pedido ni aceptado.
En el año 2015 todavía hay hombres que acosan a mujeres, hombres -y hasta mujeres- que defienden el falso piropo como si fuera un derecho (no lo es) o un patrimonio nacional (tampoco lo es), y es por razones como ésta que el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, porque nuestros derechos todavía no son los mismos que los de los hombres y, lamentablemente, están lejos de serlo tanto en Chile como -en distintos niveles- en todos los lugares del mundo.
Una pequeña esperanza la dan la labor de organizaciones como OCAC Chile, y la noticia que leímos esta semana de que en Perú se legisló para sancionar el acoso sexual callejero con cárcel para proteger la dignidad, libertad e integridad de sus niñas, adolescentes y mujeres adultas.
Foto: Facebook OCAC Chile
Que buena noticia para Perú.
Hace poco, unos tíos contaban todos orgullos que a mi prima chica de 15 años, le gritaron algo en la calle, un “piropo”. Estamos mal, mis tíos creen que eso es algo positivo, algo que hace de su hija una mujer linda, deseada por los hombres. Puuuf.
Los hombres no nos tienen que gritar weas para sentirnos bien con nosotras mismas. Basta de acoso callejero.