Wonderland: Truffa + Cabezas juntos en el MAVI

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por @patyleiva

Más de 50 obras de la dupla Truffa + Cabezas están ya expuestas en el MAVI. Se trata de una muestra dividida en 3 partes: lo de Truffa, lo de Cabezas, y lo del colectivo Truffa + Cabezas que los dos forman desde hace varios años. Su trabajo siempre se ha entrelazado de una u otra manera, y hoy esa química vuelve a notarse con Wonderland, un país de las maravillas que alberga los escenarios tropicales, orientales y oníricos de Truffa cerca de los reinterpretados tests de Rorschach en forma de collage digital impreso sobre tela y retocado manualmente con acrílico y aplicación de imagen lenticular cortada con láser de Cabezas, que logran un efecto que sólo se puede percibir en su totalidad cuando se está frente a ellas. El trabajo tipográfico (el abecedario que hicieron para el libro Mitos de Chile de la premio nacional Sonia Montecino Aguirre) es la obra que comparten.

Seguimos su prolífica obra desde los años noventa, cuando lanzaron “Si vas para Chile”, una genial visión llena de contrastes e ironía sobre nuestra sociedad “jurel tipo salmón”. Ilusión, realismo, abstracción, crítica e ironía conviven también en Wonderland, en su muy característico estilo. Visitamos la muestra y conversamos con los pintores.

¿Por qué volvieron a exponer juntos?
Bruta Truffa: La verdad que fue un proyecto que empezó el año pasado cuando hicimos el abecedario y ahí justo tomamos la fecha.
Rodrigo Cabezas: Pero queríamos hacer una triple: Rodrigo Cabezas, Bruna Truffa y Truffa + Cabezas. Que ahora la gente realmente entendiera, esto es lo que hace la Bruna, esto hace Rodrigo, esto hacen juntos… pero tampoco está resultando mucho.

¿Se entrecruzan?
BT: Nosotros pensamos que no iban a tener mucho que ver pero la verdad es que la gente nos dice que las obras dialogan.
RC: Yo creo que es una cosa generacional, tal vez.
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¿Cuál es la parte de los juntos en la exposición?
BT: El abecedario.
RC: Que tampoco lo vio tanta gente, estuvimos en un circuito de los chicos jóvenes, en la Madhaus y en otras galerías.
BT: Y las otras obras personales son fruto de los últimos dos años. Nosotros pedimos el museo cuando empezamos a hacer los textos, no cuando hicimos la exposición, los museos se demoran como 2 años antes en darte la fecha.
RC: Esto fue a capella, sin Fondart, pintando. Pintura y solos.
BT: En un minuto pensamos en conseguir auspiciadores y nada. Y la verdad que los Fondart a nosotros nos dejan fuera.

¿Por qué?
BT: No sé que pensarán.
RC: Nosotros somos pintores. Ahora poner cualquier cosa fea, fome, mal hecha es arte contemporáneo, entonces también hay una deformación de la gente que controla el cuento de la cultura que promueve su propio cuento sin técnica. Hay harto cabro chico haciendo instalaciones, fotos y cosas que entras, las ves dos segundos y te vas.

¿Y algo que te guste o que te haya llamado la atención de las nuevas generaciones?
RC: Me gustan harto los pintores chicos por la actitud que tienen. Creen en vender su cuento, se mueven más, tienen relaciones pa’ afuera, van a las ferias…
BT: Bueno, pero eso es todo ventaja de la globalización, una suerte que nosotros no tuvimos cuando partimos.
RC: No, pero uno puede ser pasmado, también hay hartos. Pero sí, tienen una visión más desparpajada. Está pasando el imperio de esa generación tan seria, de todos esos que fueron los ayudantes de los otros: el ayudante de Dittborn, el ayudante de Duclos… que los esclavizaron pintando y después salieron a hacer una cosa que no era pintura, traumatizados (risas).
BT: Sí, eso era un cuento que hubo con el boom de la fotografía, que todos hacían fotos.
RC: Todo tiene que ser experimental. Creo que nosotros estamos haciendo aquí un statement casi ochentero: pintando, se puede. Puedes expresar ene energía, hay ideas complejas y sí, otras veces hemos sido súper literales, esta vez tratamos de ser más misteriosos porque también creemos que el momento está muy literal. Lo que hace falta ahora no son ideas. Hay exceso de ideas, falta energía, falta power, que la gente se comprometa. Esto es compromiso. Dos años trabajando solo para llenar un museo. Es otra actitud.
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¿Cuál es su relación con internet?
RC: Buena. Yo por lo menos con las redes sociales, bien. La Truffa también.

¿Y en relación a difundir tu arte o percibir el de otros?
BT: Yo me meto harto, con un poco de cautela. Soy un poco más contenida en lo que publico. Por ejemplo, cuando estaba en la preparación de este trabajo como que postié poco.
RC: La Bruna cree que la gente ve. Y la gente no ve. Ven unas cosas de este porte (chicas). Yo a lo que juego es a “te muestro, te muestro, te muestro ene!” hasta que te atraigo, y cuando llegas acá y la ves en vivo caes raja, porque no es lo mismo.
BT: Yo soy más de guardarme un poco para la novedad. Lo que sí hago es que de repente lanzo cosas para testear qué impacto tiene una imagen, lo hago un poco como divertimiento porque si uno ya tiene una serie armada, no porque te likearon poco, la vas a cambiar. Y otra cuestión que uno hace como juego también es que comparas el distinto impacto que tiene el instagram con el facebook y hay como todo un cuento de a qué público llegas con uno y con otro… es entretenido.
RC: Es como en los ochenta cuando te decían “es que tú eres de una cultura del papel couché”, porque claro, nadie había visto las pinturas en vivo. Si no viajabas, si no ibas al museo no hay posibilidad de ver cosas en vivo. Y creo que la internet tiene una cosa parecida, la gente cree que ve, pero no está viendo de verdad. Muchas de estas cosas si no son en vivo, la experiencia no es la misma. Es un sucedáneo.

Lo que tú decías, ven un cuadradito de 8 x 8 centímetros.
RC: Claro, una cosita así, no es lo mismo.
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¿Se sintieron sobreexpuestos en los noventas?
BT: No fíjate. Hicimos muchas cosas para afuera, como “Si vas para Chile” y a veces ni siquiera lo publicaban. La gente tiene mucha aceptación y cercanía con nuestra obra pero siempre en los medios hay algo que de repente es medio traidor. No es tan fácil. Siempre hay como un prejuicio, siempre hay algo. No sé, yo siento eso, no te abrigan tanto como uno esperaba.

¿Se comentan y se critican las obras que no son en conjunto?
RC: Sí, pero mira, ya tenemos un lenguaje tan personal que claro, puedes dar opiniones técnicas para ajustar…
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¿Y te importa más la opinión de la Bruna que la de otros? ¿O por la misma cercanía, se pescan menos?
BT: Yo creo que es más bien así (risas).
RC: Las dos cosas.
BT: Este es más “ya me está gueviando”.
RC: La Bruna es como “¡quiero cambiarlo todo! voy a sacar las telas…”, después de que ya está todo montado. Y yo, “no, tranquilízate”. Yo soy súper relajado y esta es súper aprensiva.

Hacen un mix.
RC: Sí, que también nos sirve para negociar con el resto de la gente. La Bruna es súper delicada en ciertas cosas lo que claro, a mí me sirve porque ve cosas que yo no veo. Y yo soy más relajado entonces descomprimo las cosas por otros lados que a la Truffa le cuesta.
BT: Sí, maniática. Como diría mi sicóloga, “es una cosa de género”. Las mujeres tenemos ciertas obsesiones que los hombres no consideran. Me acuerdo que después de hacer “Si vas para Chile” yo dije, lo bueno de exponer sola va a ser que no tengo que transar con nadie qué hago y qué no hago, qué es como lo que hicimos acá. Acá lo único que negociamos fue cómo nos repartimos el museo. Entonces fue libre por ese lado.

¿Tienen un sistema de difusión?
BT: Nosotros intervenimos, espero que la prensa se mueva bien. Igual tiene esa cuestión la prensa de que “tiene que ser novedad”.
RC: O no lo consideran noticia.
BT: Cuando no es novedad, quieren cubrir antes.

¿Y te exigen que sólo salga en su medio? Es lo más ridículo que hay.
RC: Absurdo! En vez de preocuparse de hacer un buen periodismo y cubrir la obra mateamente y hacer un buen artículo de una obra que podría ser importante, no, todo radica en la novedad.
RC: No por ser el único sino por hacer una buena nota. Muy chileno eso también.
BT: Muy fome esa cuestión, a mí me da pena porque no habla bien de nosotros los chilenos. No preferimos calidad sino cantidad, inmediatez.
RC: Si tú ves afuera los suplementos culturales de dos o tres diarios grandes en España o en Estados Unidos, cubren las mismas cosas, lo que cambia es quién lo cubre, y ahí es la pelea, quién es el más seco para hacer una mejor lectura de lo que está pasando, entonces claro, hay periodismo. Acá no. Acá se cubren con la exclusividad, entonces puede escribirte una tarada del Mercurio una estupidez y cagaste porque tienes la exclusividad con ellos. Y perdiste.
BT: Perdiste un espacio.

Quizás la internet, los medios web se liberan un poco de eso, esta generación.
BT: Yo creo que sí. Ojalá!
RC: O sea para mí, salimos en el Mercurio el viernes y sí, es super choro! Y ahí está el Mercurio para envolver el pescado al otro día.

En cambio Google es para siempre…
BT / RC: (risas)

WONDERLAND
Museo de Artes Visuales, MAVI
José Victorino Lastarria 307, Plaza Mulato Gil de Castro.
Hasta el 21 de agosto.
Abierto de martes a domingo de 11:00 a 18:30 horas.
Valor de la entrada: $1.000 público general, $500 estudiantes.
Entrada liberada para menores de 10 años, adultos mayores y estudiantes de carreras afines a las artes visuales.