María Paz Rodríguez, creadora de los Neón Singles y un cuento con tigres durmientes -

Por Belén Leyton
Ha publicado dos novelas, un libro de cuentos y es editora en Neón Ediciones, donde trabaja las escrituras que le gustan.

La semana pasada estuvo de cumpleaños y por eso publicó su cuento. Siempre publica en agosto. Le gustan los felinos, tiene un gato en casa y un tigre tatuado en el brazo. “Me gusta harto ese animal. He soñado con tigres muchas veces, sobre todo en la época de este cuento. Me parece que es misterioso, solitario. Un animal medio literario”, narra María Paz Rodríguez.

Escribió Los tigres en 2015 y fue finalista del concurso de cuentos de la revista Paula. Hace unos meses, se subió como audiorelato a Emisor Podcasting en la voz de Paulina García. Esta vez vive como single.

¿Qué te inspiró para escribirlo?

Tuve el sueño de los tigres. Y desde ahí empecé a ver tigres por todas partes, me aparecían cuando caminaba o en mi celular. Los buscaba. Aprendí sobre ellos. Fue una obsesión. Y en un almuerzo familiar un tío nos contó el caso de una anoréxica en un psiquiátrico. La primera escena de Lucía. Por ahí inició el cuento.

Este ambiente de la India, ¿de dónde salió?

El sueño fue ahí. Nacía en este puerto, con estas balsas que cruzaban a la isla. Yo nunca he ido, pero varios amigos sí y me han contado. Supongo que desde la imaginación he conectado con esas imágenes. Siempre me ha interesado el tipo de espiritualidad que tienen, aunque nunca me he vinculado mucho.

En general, en todos mis textos siempre aparece algo medio sectario, como de esta espiritualidad new age. Siempre está en mi vida y en mis relatos esta cosa espiritualoide. Me atrae y me divierte.

¿Cómo fue revisitar este cuento cinco años después?

Fue loco porque eres otro registro. Es un cuento raro, tiene una narradora que juega mucho a la sátira, pero igual tiene intromisiones internas en los personajes. La novela que acabo de terminar ahora tiene algo de ese registro, en tercera persona, con estos personajes que se van moviendo como títeres.

También me gustó pensar que este cuento tiene algo fundacional, porque esa idea de los doctores o la enfermedad o estas mujeres desahuciadas por sus condiciones, siempre está en mi literatura. Y fue interesante editarlo tantos años después.

¿Qué te han dicho, cómo lo han recibido?

Sobre todo me interesaba que me leyeran mis colegas del proyecto y he recibido comentarios muy positivos. Mucha gente lo ha comentado en redes sociales. Es un cuento que volvió a la vida muchos años después y que ha sido desmenuzado y analizado por distintas personas. Ha sido bonito.

Componer singles

María Paz lleva cinco años editando en Neón Ediciones. Esta vez, junto a Ebooks Patagonia, creó el proyecto Neón Singles que reúne a doce narradoras chilenas. Cada domingo han publicado un cuento con descarga gratuita por una semana. Esta vez le tocó a ella.

¿Cómo se te ocurrió este proyecto de Neón Singles?

En el contexto de la pandemia ha habido toda una campaña sobre repensar la literatura y los espacios de lectura, porque hay tiempo, tenemos que estar encerrados. La crisis económica también me hizo pensar que la literatura gratuita puede ser una buena idea.

Y Catalina Infante tenía Helechos, a propósito de la pandemia, y yo había sacado Los tigres en audiolibro, entonces nos dimos cuenta que teníamos dos textos sin derechos de autor y decidimos ofrecerlos de manera gratuita. De a poco fui invitando a colegas y quisieron participar.

¿Cómo ha sido la experiencia y recepción de la gente?

Muy gratificante. Por un lado, tengo una comunidad de casi 10 mil lectores en total. También ha habido una buena recepción de los proyectos de cada una de las escritoras, creo que ha sido una buena plataforma para darlas a conocer. Y hemos generado una comunidad de lectura y apoyo. Trabajar con ellas ha sido un honor y he aprendido un montón.

Dijiste que ahora hay tiempo, ¿qué has hecho tú con ese tiempo?

Terminé de escribir una novela. Estuve todo el primer semestre con eso. Tengo dos talleres de narrativa, entonces tengo que preparar cada clase, corregir textos. Y por otro lado, Neón tiene un sello en papel, tengo que estar constantemente editando lo que viene.

En estos últimos meses he estado concentrada en sacar bien el proyecto de los singles. Para mí ha sido un tiempo muy literario, de leer, escribir, editar y enseñar. Todo mi tiempo y energía han estado concentrados en eso.

¿Qué has estado leyendo?

Ahora estoy leyendo una novela de Carson McCullers; un libro de poemas de Alejandra Pizarnik, que lo voy dosificando porque me gusta mucho y no quiero que se acabe; un libro de la Clarice Lispector, que también lo dosifico. Pero he leído hartas cosas. Hace poco terminé la novela Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez, que es brutal; Ríos y provincias de Romina Reyes, que me gustó un montón; Estampida de Bernardita Bravo; Las pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg; Una música futura de María José Navia que también me gustaron mucho.

Cuando vas leyendo, ¿vas editando el libro o intentas ser una lectora más?

Me cuesta harto ser lectora. Siempre estoy pensando en cómo escribe el otro. Voy marcando lo que me interesa. Todos mis libros son como unas ensaladas de post-it, como repollos. Pero no es como editora sino como una autora muy curiosa de entender la escritura del otro o la otra. Entender cómo funciona un libro, cómo está armado, cómo se logra una prosa o una escena. Aprender cómo se escribe.

Espacio solitario

Estudiaste literatura, ¿crees que ahí aprendiste a escribir?

No, aprendí a leer y hacer análisis literario. A entender ciertas escrituras. Fue una experiencia muy sustanciosa en términos de aprendizaje. La carrera de literatura es una carrera de análisis. Y uno si escribe es de forma paralela. Mi primer libro El gran hotel está muy influenciado en la teoría que estaba estudiando en ese momento, cuando estaba haciendo mi magíster. Tenía que llegar con varios textos leídos. Todo lo que uno lee se cuela en la escritura.

¿Hiciste algún taller o fue algo más autodidacta?

Sólo hice uno cuando estaba escribiendo Mala madre. Lo daba Pablo Simonetti en la Universidad Finis Terrae. Yo pienso que el taller sirve harto cuando tienes un proyecto o cuando quieres empezar a ver tus registros. Quizás tener alguien que te oriente y un grupo que te acompañe en ese proceso, es bueno. Pero no es mi estilo, yo trabajo sola y mis textos los leen cuando ya están listos. Nunca entremedio porque me desconcentran.

Terminaste tu nuevo libro, ¿de qué se trata?

Se trata del varamiento de trescientas ballenas Sei en el Golfo de Penas en el año 2015. La novela trata sobre un grupo de chicos de una ONG que van a investigar qué pasó ahí. Y por otra parte, esos chicos vienen de situaciones familiares bien complejas. Hay dos hermanas que vienen de un padre que es alcohólico. Me interesan un montón las fracturas familiares, los traumas.